Inteligencia Artificial y una valoración clave
Es crucial entender para qué sirven y para qué no. Los algoritmos son probabilísticos y no siempre ofrecen la precisión necesaria, especialmente en áreas críticas como la salud o la conducción autónoma. En tareas rutinarias donde la tasa de error es menor que la de un ser humano, su uso es aceptable. Es fundamental identificar sus aplicaciones adecuadas y limitaciones, en función de la ética.
Lo más importante es reconocer las capacidades y limitaciones de estos algoritmos. Debemos aprender a utilizarlos en contextos donde puedan agregar valor y evitar su aplicación en situaciones donde la precisión sea crucial. La clave es saber en qué tareas son efectivos y en cuáles no deben ser utilizados.